Hoy quiero compartir contigo información clara, práctica y basada en evidencia sobre las fracturas más comunes en adultos mayores, para ayudarte a proteger a tus seres queridos y actuar a tiempo si llegara a suceder un accidente.
Este artículo está dirigido a ti, que tienes a tu cuidado a un adulto mayor activo, que disfruta caminar, hacer jardinería o realizar actividades cotidianas. Sabemos que mantener su independencia es una prioridad, y por eso entender por qué ocurren las fracturas en adultos y cómo prevenirlas puede marcar la diferencia. A continuación, exploraremos las causas, los tipos más frecuentes de fracturas, y los tratamientos y cuidados que recomiendan los especialistas, incluidos los traumatólogos en Quito y otras ciudades de Latinoamérica, para asegurar una recuperación óptima.
¿Por qué las fracturas óseas son comunes en el adulto mayor?
Las fracturas son más frecuentes en los adultos mayores por una combinación de factores relacionados con el envejecimiento natural del cuerpo. A medida que pasan los años, el tejido óseo se vuelve menos denso y más frágil, lo que aumenta la probabilidad de fracturas incluso ante caídas leves. Además, la pérdida de masa muscular y la disminución del equilibrio agravan el riesgo de accidentes domésticos o durante actividades cotidianas.
Como traumatólogo, suelo explicar a mis pacientes que una caída simple no tiene el mismo impacto a los 30 que a los 75 años. La resistencia de los huesos, la coordinación y la capacidad de reacción cambian con la edad, lo que convierte cualquier resbalón en una posible urgencia médica. En este contexto, conocer los factores que aumentan el riesgo permite actuar de forma preventiva.

Cambios óseos y factores de riesgo asociados a la edad
El envejecimiento trae consigo un proceso natural de pérdida ósea llamado osteopenia, que puede evolucionar a osteoporosis, una condición en la que los huesos se vuelven tan frágiles que pueden fracturarse con mínimos esfuerzos. Además, la reducción en la absorción de calcio y vitamina D, junto con enfermedades como la artritis o la diabetes, incrementan la probabilidad de sufrir lesiones óseas.
Entre los factores de riesgo más comunes también se encuentran el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y el uso prolongado de ciertos medicamentos como corticoides. Todo esto hace que las fracturas más comunes en el adulto mayor sean un problema frecuente y muchas veces subestimado.
Actividades y situaciones que aumentan el riesgo de fracturas
Las actividades diarias que implican subir escaleras, caminar en superficies irregulares o realizar tareas domésticas sin apoyo pueden ser suficientes para provocar una caída. Incluso algo tan simple como levantarse bruscamente de la cama o girar rápidamente puede causar un desequilibrio.
Algunas situaciones típicas que observo en mi práctica clínica incluyen caídas en el baño, tropiezos en la cocina o accidentes al salir a caminar. Por eso, recomiendo adaptar el entorno del hogar: instalar barras de apoyo, mejorar la iluminación, usar calzado antideslizante y retirar alfombras sueltas. Estas medidas pueden reducir significativamente el riesgo de las fracturas más comunes en adultos mayores.
Si presentas estas señales de alguna fractura, no lo ignores. Nuestros especialistas en traumatología pueden ayudarte con tratamientos robóticos mínimamente invasivos.
Tipos más frecuentes de fracturas en personas mayores
Las fracturas en adultos mayores suelen afectar zonas donde los huesos soportan peso o movimientos repetitivos. A continuación, revisaremos las más comunes, sus causas y los cuidados que requieren.
| Tipo de fractura | Causa más común | Consecuencia típica | Tiempo promedio de recuperación |
| Cadera | Caídas al mismo nivel o sobre el costado | Pérdida de movilidad, cirugía frecuente | 3 a 6 meses |
| Muñeca | Caídas con apoyo en la mano | Dolor y limitación funcional | 6 a 8 semanas |
| Columna vertebral | Osteoporosis, caídas leves | Dolor crónico, pérdida de estatura | Variable |
| Fémur | Accidentes o caídas graves | Cirugía, rehabilitación prolongada | 4 a 6 meses |
| Hombro | Caídas directas o golpes | Rigidez y debilidad del brazo | 2 a 3 meses |
Fractura de cadera
Es una de las lesiones más graves y frecuentes en los adultos mayores. Ocurre generalmente tras una caída lateral y puede requerir cirugía inmediata para colocar prótesis o clavos. Esta fractura representa un punto crítico en la independencia del paciente, pues la recuperación es larga y exige fisioterapia constante.
La mejor prevención incluye ejercicios de equilibrio, buena nutrición y control médico periódico para detectar osteoporosis a tiempo. Los traumatólogos en Quito y en toda América Latina coinciden en que la detección temprana de la fragilidad ósea es la clave para evitar este tipo de fracturas.
Fractura de muñeca
Suele presentarse cuando la persona intenta detener una caída con la mano extendida. Es muy dolorosa, pero generalmente tiene buen pronóstico si se trata de inmediato. La inmovilización con yeso o férula y la rehabilitación temprana permiten recuperar la movilidad.
Las mujeres mayores de 60 años son las más propensas a este tipo de fracturas en adultos, debido a la pérdida acelerada de densidad ósea posmenopáusica.

Fractura de columna vertebral
En este tipo de lesión, los cuerpos vertebrales se colapsan por fragilidad ósea o por un traumatismo leve. En muchos casos, no se diagnostica de inmediato, ya que los síntomas pueden confundirse con dolor muscular o artrosis.
Cuando la fractura en el adulto mayor afecta la columna, el tratamiento puede incluir reposo, corsé ortopédico y fisioterapia. En casos graves, se recurre a procedimientos mínimamente invasivos como la vertebroplastía o cifoplastía.
Fractura de fémur
El fémur es el hueso más largo y resistente del cuerpo, por lo que su fractura suele deberse a caídas de gran impacto o accidentes de tránsito. En los adultos mayores, puede provocar pérdida de masa muscular y dificultades permanentes para caminar si no se trata adecuadamente.
El tratamiento casi siempre es quirúrgico, seguido de una etapa intensiva de rehabilitación. Los especialistas en traumatología en Quito recomiendan fortalecer los músculos del muslo y mantener una dieta rica en proteínas y calcio.

Fractura de hombro
Esta lesión se produce al caer directamente sobre el brazo o el hombro. Aunque en algunos casos puede tratarse sin cirugía, requiere un cuidadoso proceso de rehabilitación para evitar rigidez o pérdida de fuerza.
En mi experiencia, los ejercicios supervisados por un fisioterapeuta especializado son fundamentales para recuperar la movilidad y evitar complicaciones futuras.
Tratamiento y cuidados tras una fractura en el adulto mayor
Después de una fractura, el objetivo principal es aliviar el dolor, recuperar la función y prevenir nuevas caídas. El tratamiento depende del tipo de lesión, la edad del paciente y su estado general de salud. Puede incluir inmovilización, cirugía, medicamentos para el dolor y suplementos para fortalecer los huesos.
El proceso de rehabilitación es tan importante como el tratamiento médico. Involucra ejercicios específicos, terapia ocupacional y, en algunos casos, atención psicológica para superar el miedo a volver a caer. Las familias desempeñan un papel crucial: el apoyo emocional y la adaptación del entorno son esenciales para una recuperación exitosa.
Preguntas frecuentes sobre las fracturas más comunes en adultos mayores
¿Cuáles son las fracturas más comunes en el adulto mayor?
Las más frecuentes son las de cadera, muñeca, fémur, hombro y columna vertebral.
¿Por qué las fracturas son más comunes en adultos mayores?
Por la pérdida de densidad ósea, desequilibrio y enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento.
¿Qué recomiendan los traumatólogos en Quito para prevenir fracturas?
Ejercicio regular, chequeos de densidad ósea y una dieta rica en calcio y vitamina D.
¿Cuánto tarda en sanar una fractura de cadera en un adulto mayor?
En promedio, entre tres y seis meses, dependiendo del tipo de cirugía y la rehabilitación.
¿Qué cuidados necesita un adulto mayor después de una fractura?
Rehabilitación, apoyo familiar, supervisión médica continua y un entorno adaptado.